4 de marzo de 2024
Día 16
Versículo Clave:
“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que un hombre encontró y volvió a esconderse; y de alegría por ello va y vende todo que tiene y compra ese campo”.
Mateo 13:44 LBLA
Este pasaje contiene dos parábolas consecutivas que tienen como objetivo retratar un aspecto particular del Reino de Dios. En ambas parábolas de estos versículos, el Reino de Dios se describe como un gran tesoro. Específicamente, el Reino de Dios se describe como un tesoro que uno encuentra y vende todo para adquirirlo. La segunda parábola describe una realidad similar. ¡Esto nos muestra que adquirir el Reino de Dios vale todo lo que tenemos para ofrecer! Esto no se muestra como individuos que dan todo lo que tienen a regañadientes, sino que lo dan todo con alegría por amor a Dios.
El Reino de Dios es un tesoro al que debemos renunciar voluntaria y alegremente a todo lo que hemos ganado. Pablo describe esto de una manera diferente en Filipenses 3:8: “Estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor”. La expresión de esto debería estar presente también en nuestras vidas. Deberíamos valorar tanto a Cristo que no solo valga la pena perder todo lo que la tierra tiene para ofrecer, sino que sea algo de lo que decidamos alejarnos.
El tesoro del Reino de Dios es un tesoro eterno e invaluable, mientras que cualquier tesoro que podamos acumular en la tierra finalmente se desvanecerá. Jim Elliot, quien murió tratando de alcanzar a una tribu con el evangelio, es citado diciendo: “No es tonto quien da lo que no puede conservar para ganar lo que no puede perder”. ¡Vivamos como si hubiéramos encontrado el mayor tesoro!
Indicaciones Del Corazón
¿Cuál consideras que es tu mayor tesoro?
¿Qué promesas nos da Dios sobre nuestro futuro?
¿Qué ídolos ves en tu vida a los que debes renunciar?
Orar
Señor, tú eres mi tesoro. Muéstrame cómo renunciar a las cosas de este mundo por el bien de tu reino. Revela todos los ídolos que aún tengo en mi corazón y quítalos para que sea devoto únicamente de ti. En el nombre de Jesús, Amén.