2 de diciembre de 2024
Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él y dijo: “¡He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!”
La imagen de la esperanza, Él es el Cordero de Dios, el cumplimiento del sacrificio que Dios proporcionaría a favor de Su pueblo. La realidad de Jesucristo como el Cordero de Dios proporciona una gran esperanza a todos los que lo miran. Aparte del sacrificio del Cordero de Dios en nuestro lugar, no teníamos esperanza y estábamos perdidos eternamente para ser juzgados por nuestra rebelión pecaminosa contra Dios. La llegada de Cristo y la presentación pública de Juan el Bautista fue el comienzo claro del ministerio público de Jesús, dejando claro que el Mesías profetizado por Dios había llegado. Juan el Bautista también deja clara la posición de Cristo, al afirmar que Juan no es digno de atarle las sandalias, que Jesús está antes que él, que Jesús bautiza con el Espíritu Santo (a diferencia del bautismo de Juan simplemente con agua), y que Jesús es el Hijo de Dios. ¡Juan proclamó fielmente la Primera Venida de Cristo y donde nos encontramos ahora debemos proclamar fielmente la realidad de Jesús como el Rey que viene otra vez! ¡El deseo de nuestras almas debe ser proclamar la verdad de Cristo para que la mayor cantidad posible de personas estén preparadas cuando Él regrese! ¡Nuestra misión ahora debería ser predicar la verdad del evangelio durante nuestro tiempo en la tierra!
Oración: “Padre, dame pasión por el evangelio y el deseo de compartir la verdad con tantos como podamos para que estemos junto a ti en la eternidad. Dame una imagen clara de quién eres para que pueda amarte más.”