19 de diciembre de 2024
“Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”
Este pasaje de Lucas nos da una “visión privilegiada” del anuncio del embarazo más importante que el mundo haya visto y verá. Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores, iba a nacer de una virgen llamada María. Celebramos su nacimiento cada año en Navidad, pero ¿te has detenido a pensar en el significado de este anuncio? Piensa en lo que esto significó para María y José. ¿Cómo se habrán sentido durante estos días? Dios hecho carne. Sería condescendiente con su pueblo. El amor personificado iba a nacer. Caminaría entre nosotros, su creación, y experimentaría la vida como ser humano. Él enfrentaría las mismas tentaciones y desafíos que nosotros, pero a diferencia de nosotros, nunca sucumbiría a la tentación ni caminaría en pecado. Con el tiempo, Él daría su vida en sacrificio en la cruz para hacer posible que toda la creación fuera reconciliada con Dios a través de su sangre. El Rey de todos se hizo nada y tomó forma de siervo para darnos vida venciendo el pecado y la muerte. Un día, ese mismo Rey regresará con poder, gloria y poder para reinar por siempre. ¡Oh, qué día tan glorioso será cuando el Rey regrese para hacer nuevas todas las cosas!
Oración: “Señor, gracias por vivir y morir por mí. Ayúdame a centrarme esta Navidad en el significado de tu nacimiento y en cómo tu muerte, en última instancia, me trae vida. Gracias por amarme y desear una relación personal conmigo. Eres el mejor regalo de todos los tiempos. Amén.”